TSUNAMIS ARTIFICIALES COMO EL DE TAILANDIA
Desde hace tiempo, se ha especulado con la idea que una superpotencia desarrollara armas para provocar desastres naturales. Para algunos puede parecer ciencia ficción, sin embargo, archivos militares confidenciales demuestran que hay posibilidades ciertas de contar con armas de esta envergadura.
Se ha mencionado el “Project Seal” (Proyecto Foca), que durante la II Guerra Mundial estaba ligado a crear tsunamis artificiales como una alternativa a la bomba atómica. La idea era que a través de esta arma se pudiera barrer con localidades costeras siendo, su idea central, que fuera mediante una serie de detonaciones en el mar para lograr producir olas de 10 metros.
El proyecto fue desarrollado en conjunto con Nueva Zelanda, país en cuyos archivos fue descubierto el programa por el escritor y cineasta Ray Waru.
“Era absolutamente increíble. Primero, que alguien haya tenido la idea de desarrollar un arma de destrucción masiva basada en un tsunami… y también que Nueva Zelanda la hubiera desarrollado exitosamente, al punto de poder ponerla en práctica”, consignó Waru al diario británico “The Telegraph”.
Todo comenzó en 1944, cuando un oficial de la Marina estadounidense de nombre E. A. Gibson, observara que al bombardear zonas con arrecifes
de coral se creaban grandes olas que podían afectar a localidades costeras.
“Si la pusiéramos en una película de James Bond la veríamos como fantasía, pero se trató de algo muy real”, añade Waru.
Según el diario británico “The Telegraph”, a modo de prueba, alrededor de 3.700 bombas fueron detonadas en Nueva Zelanda. A pesar que el experimento fue exitoso, el proyecto fue detenido durante 1945.
El proyecto no tuvo el éxito esperado porque los expertos concluyeron que una sola explosión no era suficiente para generar un tsunami de gran envergadura, debido a que se necesitaban al menos 2 toneladas de explosivos, lanzados en línea a unos de 8 kilómetros de la orilla. ¿Será posible que un gobierno cuente con armas de esta magnitud?